Autor: Guillermo Mas Arellano 1. El contador de cartas (Paul Schrader, 2021) Mientras Marvel abarrota de nuevo (que falta hace) las salas con la última “palomitada” explosiva de Spiderman, los que añoramos un cine con vocación de intemporal acudimos, tan contritos y afortunados como ansiosos, a mirar la obra maestra del cine que faltaba por llegar en 2021 y que finalmente se encarnó. Porque Paul Schrader ha vuelto, a sus 74 años, con un nivel de excelencia que pocos pueden igualar en nuestros días. Lo ha hecho con otra historia de locura. Y de amor. De redención. Y de violencia. De esperanza. Y de dolor. De azar. Y de condena. Se trata de una obra maestra llamada El contador de cartas ( The card counter , 2021) que ahonda en lo más oscuros recodos del delirio, como ya hiciera en Como perros salvajes (2016), a partir de una sobriedad temática, estética y formal más similar a la de El reverendo (2017). La mejor película del año. Producida por Martin Scorsese, El contador de cartas (

  PREGUNTAS NECESARIAS (Comunicado del Centro de Estudios de la Estulticia Medioambiental) ¿Son los votantes socialistas extremeños y castellano-manchegos charnegos vocacionales? ¿Han asimilado sin posibilidad de recuperación neuronal el "relato" según el cual los catalonios y sabinianos son sus señores naturales? ¿Les queda algo de autoestima?   Es importante dilucidar las causas por las que gente en otras cosas normales y humanizadas votan socialista. Los castellano-manchegos y extremeños probablemente por un complejo de inferioridad inducido, los asturianos por una épica delirante.   Los catalanes, por humillación.   Los asturianos viven une épica, en el fondo se consideran el último reducto, los galos no romanizados y absurdamente identifican su tradición con la izquierda.   ¿Se espabilarán algún día los extremeños y castellano manchegos o seguirán dormitando en su servidumbre?   ¿Seguirán votando las cadenas del socialismo catalonio al servicio del tres por ciento que le

     EL HORIZONTE DE LAS SEMIBESTIAS Autor: Frank G. Rubio   (Truco y trato, “track and trace”) Human are biohazards, machines not...    El transhumanismo, tras los fracasos del Hombre Nuevo Soviético y del Superhombre Ario del nazismo, como nuevo rostro de la utopía. El cientifismo y el ecologismo, auspiciados por la socialdemocracia fabiana y el neoliberalismo, son sus ama de cría políticas y filosóficas; aunque los restos de los marxismos y el Leviatán chino están agregados al proyecto por la inercia de su crapulento totalitarismo. Toda contradicción será integrada en el proceso: “following the science”. Este socialismo es el de la industria y los financieros y tiene un claro componente sinárquico, de ahí el papel destacado de las corporaciones en sus génesis y establecimiento.    La biología molecular, más que la física cuántica, es su instrumento teórico práctico favorito, pero coagularán ambas en el esfuerzo mediante la cibernética y la robótica. La presencia del Vaticano en este

  MANIFIESTO CONTRA LA INFAMIA   (Comunicado del Centro de Estudios de la Estulticia Medioambiental) Los españoles debemos levantarnos y utilizar todos los medios a nuestro alcance para derrocar el régimen pestilente que pretende aplastarnos. En defensa propia, la respuesta a la agresión no puede demorarse. Hay que declarar la guerra a la mentira, al robo institucional, a la degradación social, al insulto diario a los españoles, al acoso desde el poder político a los ciudadanos, hombres, mujeres y niños. El Estado español viene siendo ocupado por los enemigos de la libertad y la soberanía de los españoles desde hace décadas. El 11M de 2004 España sufrió un ataque perpetrado por las cloacas del Estado al servicio de las fuerzas de ocupación, desde ese atentado simbólico ejecutado en el centro neurálgico de España el empobrecimiento del conjunto de la sociedad, el enfrentamiento entre españoles fomentado y dirigido desde el Estado y el envilecimiento sistemático de las instituciones han

  El sacerdocio según el cine contemporáneo: una meditación Autor: Guillermo Mas Arellano  Con la llegada de lo que el filósofo Charles Taylor ha denominado como una “ era secular ”, nuestro tiempo se ha convertido en el escenario de una pugna constante entre modernidad y tradición; rito y secularismo; materialismo y espiritualidad; donde cada hombre debe escoger a diario, sencillamente mediante sus acciones, apostando por sus convicciones más íntimas y siguiendo su propio código moral, en qué bando prefiere militar. Podemos decir, entonces, que desde una cuestión puramente pragmática se trata de un conflicto ético donde el sacerdote representa a aquel encargado de guiar, en calidad de pastor o “pescador de hombres”, al rebaño de fieles; así como de oficiante de una liturgia donde lo mágico cobra vida en esta realidad para absolver los pecados y permitir, con ello, la entrada en la siguiente realidad a la que llamamos Paraíso. Pero, además, el sacerdote debe de ser un ejemplo él mi